Uveítis

¿Qué es la Uvetis?

La uveítis es una inflamación de la úvea, membrana que envuelve el interior del globo ocular.

La úvea es muy sensible a procesos infecciosos e inflamatorios, ya que es el tejido con más vasos sanguíneos del organismo.

La uveítis es una de las causas de ceguera más importantes en el mundo. La infección de la úvea provoca graves pérdidas de visión debido a su contacto permanente con estructuras oculares delicadas, como la retina.

La úvea está situada dentro del globo ocular y en ella podemos distinguir dos partes:
úvea anterior (iris y cuerpo ciliar), en contacto con el cristalino y las estructuras de la cámara anterior, y úvea posterior (coroides), en contacto directo con la retina.

¿Por qué se produce?

Existen diversos tipos de factores causantes de la uveítis:

  • Enfermedades infecciosas como la toxoplasmosis (trastorno provocado por un parásito que causa calcificaciones en el organismo y que se enquista en la retina), pueden dar lugar a la causa más común de uveítis: coriorretinitis infecciosa. Este proceso deriva en una paulatina destrucción de la retina que si afecta a la mácula (parte central de la retina), puede provocar una pérdida importante de visión de tipo irreversible.
  • Enfermedades óseas o reumáticas de origen inflamatorio y no degenerativo, que afectan principalmente a jóvenes.
  • Enfermedades autoinmunes causadas por virus, gérmenes o factores ambientales, como la sarcoidosis o la enfermedad de Behçet, una patología de origen desconocido que provoca llagas y alteraciones cutáneas.
  • Traumatismos o un determinado código genético asociado a la enfermedad.

La uveítis es menos común en los diez primeros años de vida y su frecuencia desciende a partir de los 60 años. La mayoría de los afectados tienen entre 20 y 50 años.

¿Cómo se manifiesta la uveítis?

Según el tamaño y localización de las zonas opacas del cristalino, puede no notarse el desarrollo de la catarata. Estos son algunos de los síntomas más habituales:

  • Si se trata de la parte anterior, podemos notar una mayor sensibilidad a la luz (fotofobia), enrojecimiento de los ojos, visión borrosa o dolor ocular.
  • Si la zona afectada es la parte posterior, es probable que no notemos dolor, aunque sí pérdida de visión.

La uveítis no puede diagnosticarse hasta que no aparecen signos externos. Con los primeros síntomas es importante acudir al oftalmólogo de inmediato.

¿Cómo se puede prevenir?

La uveítis es una de las patologías oculares más comúnmente relacionada con otras enfermedades del cuerpo humano.

Habitualmente es necesaria la colaboración de un médico internista que complemente el estudio y tratamiento de la enfermedad causante de la uveítis. En algunos casos, el tratamiento de estas patologías o infecciones puede ayudar a prevenirla.

¿Cuál es su tratamiento?

Existen diferentes tratamientos según la tipología y localización de la uveítis:

  • La uveítis anterior se trata con colirios antiinflamatorios.
  • La uveítis posterior no infecciosa se combate con cortisona administrada por vía oral o mediante infiltraciones alrededor del ojo
  • La uveítis asociada a un proceso crónico puede requerir el uso de fármacos inmunomoduladores
  • La intervención quirúrgica puede ser eficaz para subsanar complicaciones asociadas, como las cataratas o el glaucoma (que afectan al segmento anterior), el desprendimiento de retina, la opacidad vítrea o el edema macular (que afectan al fondo del ojo).